Blog de H.I. Landera para reflexionar sobre si el uso de las palabras nos lleva a tejer una red de igualdad o más bien a una telaraña. Porque, como dijo Celia Amorós, no podemos hacer buenas políticas sin conceptos claros.
Tiene dos secciones que se pueden seguir en el índice de la categorías y utiliza herramientas de semántica y pragmática del lenguaje.
Las hilanderas, como las de Velázquez, hilaban y tejían la ropa y los tapices que les tocaba tejer.
Las de la mitología tejían destinos. Los textos (de textus “tejido”, “entrelazado”) que otras/os han hilado condicionan la manera en que leemos el mundo. No podemos determinar nuestro destino si no sabemos leer, hilar, tejer … y también, como Penélope, destejer.
Atenea
Diosa de la sabiduría… y también de los telares. Y su búho, símbolo de la filosofía, que levanta el vuelo al atardecer*. ¿Por qué? Porque la reflexión sobre lo que nos ocurre tiene lugar cuando ya la acción ha terminado. No podemos interpretar la acción de ahora sin las reflexiones pasadas. Esas que están en los textos. Esos textos que ahora generaciones enteras no quieren leer.
La mamá de Caperucita quiere llenarle la cesta con textos y con capacidad de hilar, para que ella pueda encontrar su hilo de Ariadna hacia un lenguaje responsable… y hacia un diálogo con la abuelita.
¿Y por qué tanta cita redicha del pasado clásico? se preguntará en este punto la sufrida lectora o lector.
Decía Celia Amorós que lo que ha estado pasando en el pensamiento en el último siglo, había ocurrido ya en la época helenística, después de la Grecia clásica. ¿Será que lo viejo es nuevo… o que lo nuevo es viejo?
Yo no sé si tendrá razón o no, pero por si acaso, no le vendrá nada mal a Caperucita conocer lo que ya se pensó antes. Porque la plena reflexión sobre la acción y las palabras de ahora no la podemos hacer aún. Y lo mismo cuando llegue le llega tarde.
* Frase con la que comienza el filósofo Hegel el prefacio a los Lineamientos de la Filosofía del Derecho.